Histriónica, vital e informada. Son muchos los adjetivos que se le pueden atribuir a Mónica González Mujica, pero tal vez el que más le llena el gusto es el de excelente periodista. Y no es una adjetivación desde la subjetividad, sino que para confirmarlo basta con ver la larga lista de premios nacionales e internacionales que ha recibido esta periodista formada en la Universidad de Chile y que ya cumplió más de 50 años dedicada al periodismo.
Hace poco se separó por completo de Ciper Chile, el sitio de investigación periodística chilena más antiguo y reconocido del país, el cual fundó y dirigió por más de una década, transformándolo en un dolor de cabeza para el poder político o económico. Pero sigue reporteando y, además, se distingue como integrante del Consejo Rector de la Fundación Gabo (Gabriel García Márquez), heredera de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en la que se han formado decenas de periodistas de todo el continente bajo la dirección de plumas como Ryszard Kapuściński, Tomás Eloy Martínez, Martín Caparrós, Jon Lee Anderson y varios otros. ¡Uf!
La Premio Nacional de Periodismo 2019 recibió a Postdata en su departamento de Providencia para hablar de periodismo y periodistas. En más de una hora de conversación, comentó que la profesión debe hacer un mea culpa porque no ha advertido los muchos errores cometidos y por los temas a los que no le hincó el diente oportunamente y que terminaron por dañar a la sociedad y a la democracia.
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También, comentó los sitios que ella visita y aseguró que el periodismo está más vivo que nunca y que, a su juicio, es hoy más importante incluso que en la dictadura del general Pinochet. Dio varios ejemplos de reportajes que, a su juicio, son desgarradores y profundizan en los más grandes dolores del continente.
Concluyó que ya no es casualidad que el mejor periodismo se esté haciendo en plataformas digitales y que al barrer Latinoamérica los casos se suman, como «Quinto Elemento», en México, o «El Faro», en El Salvador. “Hay muy buen periodismo en Latinoamérica”, asevera con la autoridad que da el hecho de que es jurado de varios premios periodísticos.
También tuvo tiempo para motivar a los futuros periodistas a salir a la calle y usar todos sus sentidos para encontrar historias que generen impacto y que permitan proteger a la sociedad de lo que se avecina. El gran enemigo de la democracia y la sociedad, dijo con firmeza, no son los dictadores o las pandemias, sino que es el crimen organizado.
Sus últimas palabras resumen muy bien lo que ha sido su vida casi completa dedicada al periodismo: “Yo encuentro que ser periodista hoy es un tremendo privilegio”.