Se abre una puerta de vidrio que deja ver varias marcas de huellas. A un lado de la entrada, Paz sonríe y saluda de forma cálida y cercana. La chaqueta turquesa que lleva puesta resalta a simple vista. «Me gusta usar colores llamativos para transmitir alegría. Intento mostrarme siempre alegre porque eso es lo que quiero transmitir», asegura. Un teclado rosado y un mouse del mismo color destacan en su oficina y rompen con la frialdad que suelen tener estos recintos.
Además de llegar a formar parte del Centro de Investigación y Documentación de la UFT, Paz también imparte clases de Métodos Cualitativos en la Escuela de Periodismo. Camina hacia una sala de reuniones y se sienta plácidamente en un sillón que rechina, como la mayoría de los que existen en las oficinas. «Ustedes me dicen y partimos». Su disposición es una de las cualidades que resalta en el primer contacto con ella.
-Puede que sea una pregunta trillada, pero, ¿por qué periodismo?
-Nunca tuve otra opción. Siempre fue esa. Me gustaba y me sigue gustando el periodismo porque siento que puede cambiar al mundo. En el colegio me dijeron que podía estudiar lo que quisiera, porque tenía excelentes notas, pero yo elegí el periodismo porque iba a poder conocer otras realidades distintas a la mía. La capacidad de empatizar y contar historias es un arte.
–¿Cómo partió su carrera al graduarse?
-Seguí en prensa. En Cooperativa, con las notas policiales, pero no duré mucho ahí porque Jorge Rivas se cambió de trabajo y él, en el camino, me había enseñado mucho sobre ser productor periodístico, un rol que yo no conocía. Ahí quedé trabajando en ese puesto, en un programa llamado “Lo que queda del día” con Paula Molina. Mi editor era Ricardo Basáez. Nos tocaron cosas súper interesantes. De hecho, fuimos los primeros en sacar la noticia de los 33 mineros y eso fue un hito en su momento. Toda el mérito fue de Ricardo quien insistió en que la noticia debía salir.
–¿Y cómo siguió ese camino periodístico?
-Decidí que quería seguir estudiando y me inscribí en un magíster sobre Comunicación Política en la Universidad de Chile. Fue complejo porque las clases partían en horario laboral, entonces hablé con mi jefe y le pedí permiso para asistir a las clases. Había días donde eso funcionaba y otros donde no. Luego de eso me llamaron de Chilevisión Noticias y me cambié. Me costó acostumbrarme a la televisión, porque en radio todo es mucho más rápido. Trabajando dentro también me di cuenta de que la televisión no es solo morbo y espectáculo como muchos piensan. De hecho, cuando se acusó de violación a Pablo Mackenna, nosotros teníamos imágenes y no se publicaron por una decisión editorial.
–Y el salto de periodista a investigadora, ¿cómo pasó?
-Trabajando en la televisión surgió la oportunidad de trabajar en la Dirección de Educación, Doctrina e Historia de Carabineros de Chile. Yo necesitaba dar un salto para no quedarme haciendo lo mismo siempre, así que lo tomé como una forma de retribuir un poco a la sociedad. Tras una serie de pruebas, quedé trabajando ahí. Paralelamente pude terminar mi tesis en el magíster. Ahí me di cuenta de que si quería seguir investigando, no era suficiente lo que había estudiado. Postulé a una beca en el extranjero y me la gané. Vendí todo lo que tenía y me fui a Madrid. Ahí partí con todo y empecé a publicar investigaciones desde ese día hasta hoy, sin parar.
-¿Le hubiese gustado dedicarse a la investigación sin haber tenido que pasar por medios?
-Mira, yo agradezco toda la experiencia que gané en los medios en los que estuve. Gracias a eso, hoy cuando investigo temas de comunicación, sé cómo funcionan los medios desde adentro y tengo una visión que posiblemente alguien que no haya pasado por ellos no la tenga. Me di la vuelta larga para encontrar lo que me gustaba, que es la investigación científica, pero todo fue ganancia a fin de cuentas.
-Y sobre su rol como docente, ¿qué espera poder aportarle a los estudiantes de Periodismo de la UFT?
-Busco acercar la investigación científica a los estudiantes. A que puedan entender esta metodología como una herramienta útil para su desarrollo en el campo de las comunicaciones y de la vida en general, y que la apliquen.