Cuando Florencia Silva tenía nueve años, su madre comenzó a decirle insistentemente que tenía que practicar un deporte. Allí comenzó su peregrinaje por el básquetbol y el handball hasta recalar en el vóleibol, que se convirtió en su pasión. Hoy, a los 22, la alumna de cuarto año de Periodismo en la mención de comunicación estratégica, es seleccionada de la Universidad Finis Terrae y se acaba de titular campeona del torneo interuniversitario.
El equipo de la UFT venció en la final a la Universidad Federico Santa María, en un disputado encuentro a tres sets donde Florencia fue titular de principio a fin. El partido por el título se jugó en el gimnasio de la Universidad Cardenl Raúl Silva Henríquez, en Santiago Centro.
«Flo» es la armadora del equipo de la UFT, un puesto que marcó su vida deportiva. «Soy armadora. Nacida y criada como armadora. Nunca he jugado en otra posición. Fui líbero durante los dos primeros años en el vóleibol, pero después pasé a ser armadora y los sigo siendo hasta el día de hoy», explica.
-¿Qué se siente ser campeona?
-Es una alegría enorme, porque fue una final muy disputada a tres sets y jugué todo el partido. Fue increíble.
– ¿Cuánto te ayudó haber practicado deporte desde pequeña?
– Cuando era chica no le veía mucha importancia, pero mi mamá siempre me dijo que el deporte genera disciplina y creo que eso es súper importante para tu día a día. No solo por el colegio o la universidad y en las notas, sino que en la vida en general.
–¿Qué se siente representar a la universidad jugando vóleibol?
– Bien. Para mí este es un gran hobby, es algo que me relaja, me desestresa. Voy a pasarlo bien y a olvidarme de los trabajos que tengo. Además, voy a compartir con mis compañeras que son de diferentes carreras y que he podido conocer gracias a este deporte.
–¿Ingresaste a la universidad por beca deportiva?
– Intenté en algún momento entrar a la universidad por cupo deportivo. El tema es que hay que tener un nivel súper elevado. Por ejemplo, haber sido seleccionada chilena. Así que entré por admisión regular y no a través de una beca.
-¿Tuviste que sacrificar algunos ramos por los partidos o por los entrenamientos?
– Sí. Algunos profesores me han tirado la talla de que asisto solo al primer bloque, porque a veces los partidos son a las 18 horas y uno tiene que llegar una hora antes. Obviamente que después me consigo la materia y averiguo si para la semana siguiente habrá algún trabajo.
-¿Qué opinas sobre los horarios de los partidos?
– Me sorprende que escojan estos horarios sabiendo que es una liga universitaria y algunas jugadoras perfectamente pueden tener clases en ese momento. Creo que es algo que la Federación podría mejorar para que no tengamos problemas.
-¿Cuántas veces entrenan a la semana y dónde?
-La universidad no tiene gimnasio y arrienda el del Colegio Mariano, que queda cerca. Entrenamos los lunes y jugamos los jueves. Tenemos solo un entrenamiento a la semana, que es poco, porque no se hace mucho con un día.
-¿Pero pese a eso son las campeonas?
– Ganamos todos los partidos de este semestre. Estábamos un poco nerviosas por no fallar, pero resultó todo increíble.