Mónica González cuenta a PostData que hace un tiempo visitó Ciper Chile un periodista estadounidense que ella prefiere no identificar, pero que era un ganador de tres premios Pulitzer, ni más ni menos. “Me dijo que nosotros tenemos que hace un mea culpa enorme. Cuando empezaron estas apps estábamos felices porque podíamos determinar de qué mueren o por qué son los accidentes de vehículos de tales barrios de Nueva York, cuáles son las esquinas más peligrosas, cuáles son las razas de perros que tienen en tal barrio. Y, mientras tanto, el conflicto de interés o la corrupción en la guerra de Irak se nos pasó por aquí y Guantánamo también, y no hemos hecho ni un mea culpa”.

Igual, la Premio Nacional de Periodismo pone la pelota sobre el piso. Dice que las palabras del colega de Norteamérica tienen sentido porque ellos son propensos a buscar en Latinoamérica historias de narcos o dictadores, y se fijan poco en sus propios problemas.

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“Pero (no se meten) el blanqueo del dinero, la ruta del dinero, que es lo más importante a detectar en las redes del narco y el crimen organizado. Porque hoy no hay narcos, fundamentalmente es tráfico de armas, trata de personas, laboratorios farmacéuticos, mineras, empresas de agua privadas y grandes empresas de exportación de alimentos. Son carteles, crimen organizado total. Donde funcionan esas empresas y hay crimen, pero no hay muertos, las dejan funcionar sin problemas por algo es. ¿Y dónde están los que lavan ese dinero? Fundamentalmente en Wall Street, eso es lo que hay que hacer. Yo por eso digo que hay que sacar el culito de la silla y salir a la calle. Eso hacen en Colombia, en Venezuela, eso hacen en México…”.

La ex directora de Ciper dice que hay una gran responsabilidad de los medios tradicionales en esto de no ver el fondo. Lo explica así:

Pero González no pierde la esperanza de que el periodismo chileno supere la actual crisis económica de los medios tradicionales. “Sabemos que los medios en papel van en exterminio, en extinción y que van a quedar los nichos de papel, de culto. Pero no es lo que uno quiere, que es trabajar. La multiplicidad de formatos es maravillosa: podcats, videos, reportajes escritos, investigación, todo va junto. Contar historias es el desafío más hermoso que tienen los periodistas, nuestras historias, nuestra identidad y desafiar estas barreras ideológicas porque aquí no sobra nadie”.

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